Cuando Federico Fellini hizo su gran obra "8 1/2", estaba pasando por un mal momento como director. Se encontraba ante lo que los escritores llamamos "la página en blanco". No se le ocurría nada para su próxima película. Entonces surgió una genialidad: tomar como disparador a un director asfixiado por la sociedad que le exige una nueva película, sin que se le ocurra nada novedoso. Así surgió esta gran obra maestra.
En estos días me estuvo pasando lo mismo que a mi amigo Fellini. En privado estoy escribiendo una antología de cuentos que no puedo publicar todavía. No volví a ir al cine, entonces no puedo publicar una nueva crítica. Entonces, este pensamiento volaba constantemente por mi cabeza... ¿qué escribir? O peor aún... ¿QUÉ COSA NOVEDOSA ESCRIBIR? La respuesta se me presentó como quien no quiere la cosa. Que lo novedoso se vaya a la mierda. Uno escribe lo que necesita escribir. Cuando uno no tiene algo que comunicar, no lo hace, porque no lo necesita. ¿Y que necesito escribir ahora? Que no se que escribir. No tengo ni la más pálida idea. Y tal vez siga así por varios días. Y es verdad que esperaba que una idea genial se me ocurriese escribiendo esto, como le pasó a Fellini en su momento. No es el caso. Pero por lo menos escribí algo, aunque no sea más que el síndrome de la página en blanco.
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