Esta miniserie francesa del 2017 cuenta la historia de una asesina en serie que decide cooperar con la policía cuando, veinte años después de sus crímenes, aparece un imitador que sigue sus mismos pasos. Jeanne (Carole Bouquet) fue apodada por la prensa con el pseudónimo “la mantis”. ¿Por qué? Ella únicamente mató hombres a los que consideraba una aberración a la raza humana. Al igual como la mantis hembra, que se come al macho luego de la relación sexual. A simple vista puede ser una reconstrucción del siglo XXI de El silencio de los corderos, pero es mucho más que esto por dos razones: la humanidad de la asesina y la verdadera naturaleza policial de la historia.
Luego de la aparición del cuarto cadáver de su imitador, “La mantis” decide comunicarse con la policía para darles su ayuda, con una única condición: que su hijo participe del caso. Damien (Fred Testot) ahora es policía y convive con una lucha eterna por olvidar los acontecimientos traumáticos de su niñez. Una madre condenada por asesinato durante más de veinte años ahora vuelve a su vida. Aquí comienza esta sorprendente historia que mezcla elementos de carácter psicológicos con otros más propios del thriller.
Ella, “La mantis”, es todo. En su semblante vemos la frialdad de la asesina, la dulzura materna, el dolor contenido, la locura a punto de explotar. Las demás actuaciones llegan a estar al nivel, formando un gran reparto. Con sus solos seis capítulos La mantis se convierte en una experiencia única en la que se experimenta cualquier sensación, menos la calma.
Mi opinión: excelente
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