A los actores siempre les cuesta despegarse de ciertos roles. Cuando saltan a la fama ese primer gran papel los persigue toda su carrera sin dejarlos crecer. También pasa que no pueden salir de determinado género o de algún personaje estereotipado. La verdad es que la vida del actor es muy dura, sobre todo cuando uno no puede demostrarle a los demás de lo que es capaz. Por eso reuní diez grandes "reciclajes" del cine, en los que diferentes actores sorprendieron a su público mostrando una faceta completamente distinta a las anteriores.
1. Mickey Rourke en El luchador (2008)
Fue inmortalizado en su juventud por Nueve semanas y media como un ícono sexual. Con los años su carrera decayó y por mucho tiempo no se lo vio en ningún papel memorable. Pero con esta película volvió completamente transformado, en todos los sentidos. Muy lejos de ese hombre atractivo de su juventud, aquí representa a un ex luchador profesional de wrestling que se encuentra en el declive de su carrera, donde todas las adicciones del pasado le están pasando factura. La soledad lo invade y quiere volver a brillar, ya que las glorias pasadas son lo único que le queda. Cabe resaltar que su personaje, al igual que él mismo, había alcanzado el mayor éxito en los 80. Con esta película vuelve irreconocible y nos muestra un personaje cargado de dolor y melancolía. Demostró una gran capacidad actoral y el mundo le agradeció su actuación conmovedora con una nominación a los premios Oscar.
2. Meryl Streep en La muerte les sienta bien (1992)
Nuestra querida Meryl venía de protagonizar dramón tras dramón y, aunque lo estaba haciendo muy bien, era necesario algún cambio en su trabajo. Llegó con esta comedia negra junto a Bruce Willis y Goldie Hawn (ídola total). Trata sobre dos mujeres que encuentran el secreto de la eterna juventud, aunque eso no termine siendo tan glamoroso como esperaban. Demostró que cualquier género va bien con ella.
3. Jim Carrey en The Truman show (1998)
Acá pasaba lo opuesto. El actor de comedia favorito del público. Aunque algunas de sus actuaciones rosaban la sobreactuación, la gente no se cansaba de verlo. Pero luego llegó a con este drama que terminó siendo un moderno 1984. Está completamente minimalista, frágil, sincero. Tengo que hacer una mención a otro trabajo suyo: Eterno resplendor de una mente sin recuerdo (2004). Nos sorprendió a todos con esta nueva faceta, pero es una lastima que el público masivo haya seguido prefiriendo su lado clown.
4. Jessica Biel en The sinner (2017)
Una de mis series favoritas, la gran sorpresa del año pasado. Estábamos acostumbrados a verla en películas pochocleras y aunque tuvo buenos trabajos, no había hecho nada muy destacable. Pero el personaje de la asesina y perturbada Cora Taneddi la ayudó a ganarse el reconocimiento de la crítica. Aplausos para ella y ojalá que lleguen mas oportunidades así.
5. Guillermo Franchella en El secreto de sus ojos (2009)
Otro que estaba muy cómodo en la comedia. Con papeles muy queridos como Pepe Argento y otros trabajos lamentables como "Poné a Franchella", se convirtió en uno de los actores más queridos por los argentinos. Le costó muchísimo desprenderse de sus antiguos roles, pero con esta gran película de Campanela nos dejó a todos con la boca abierta. Literalmente pocos lo reconocieron como el carismático y fiel Pablo Sandoval. Fue el trabajo que le abrió las puertas para una nueva etapa, mucho más superior.
6. Natalia Oreiro en Wakolda (2013)
Desde el principio demostró ser una buena actriz. Desde tiras diarias hasta películas serias, Natalia Oreiro pudo ganarse la aceptación del público y de la crítica. Con este peliculón de Lucia Puenzo mostró una faceta completamente distinta por dos razones: la mayoría de sus líneas son en alemán (lengua que ella no manejaba ni maneja) y abandonó toda la sensualidad que siempre la caracterizó. No es algo menor, porque para ella, siendo una de las mujeres más lindas del país, representar a una mujer para nada atractiva ni luminosa, es un gran reto. Un personaje desgarrador que casi sin hablar dice todo.
7. John Travolta en Pulp fiction (1994)
Enamoró al mundo entero con las películas de los 70 Fiebre de sábado por la noche y Grease, en las que demostró su gran talento como bailarín. Pero la crítica aún no lo tomaba muy enserio. Con la mítica película de Tarantino pasó a la inmortalidad, encarnando a uno de los personajes de culto más memorables. Gracias John y gracias Quentin por regalarnos a este actor completamente transformado.
8. Jessica Lange en American horror story (2011)
Hay mujeres que parecen ser perfectas. Además de belleza, éxito y talento, el público las ama. Jessica no parece serlo. Ella ES perfecta. Si bien admitió haber tenido un inicio duro en hollywood con King kong (muchos años después en una entrevista dijo "Ese mono de m***** casi me arruina la carrera"), siempre la vimos en películas de gran nivel. Pero ella tuvo un gran mérito, y ese fue el de atrapar a un público más joven. La serie estadounidense le dio la posibilidad de ganarse su lugar en la pantalla chica y enamorar a toda una generación contemporánea. Versátil y polifacética como pocas, Jessica se robó el corazón de muchos con su talento.
9. Antonio Gasalla en Dos hermanos (2010)
El único e inigualable. El gran actor argentino. Apodado "El rey de la calle Corrientes", fue la eterna Nona de Esperando la carroza y también la rompió a lo largo de los años con inolvidables papeles en sus sketchs cómicos. Junto con Graciela Borges (otra leyenda del cine nacional) llegó con una tragicomedia que cuenta la difícil relación de dos hermanos de más o menos setenta años, luego de la muerte de su madre. Él es todo. Conmovedor, tierno. Una actuación desestabilizante para aplaudir de pie.
10. Charlize Theron en Monster (2003)
Ella confesó haber tenido problemas a lo largo de toda su carrera para conseguir buenos papeles. La razón: por ser linda. Es una lástima que para obtener su papel consagratorio haya tenido que afearse hasta el extremo. Interpreta a Aileen Wuornos, una asesina serial verídica. Una vez más, hizo caer el mito de la rubia tonta.
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