El boom de las series españolas no dejó ajeno a ninguno. Fenómenos como La casa de papel o Vis a vis son prueba de eso. A esa lista se suman otras de años anteriores, como Velvet, Gran hotel o El tiempo entre costuras. ¿A qué se deberá nuestra fascinación? Lo cierto es que los españoles tienen una simpatía y chispa que nos atrae enseguida. Esto me pasó con El ministerio del tiempo. Es una comedia que podría entrar en el género “histórica”, por la cantidad de alusiones que contiene.
Se trata de un ministerio secreto de España, que tiene un propósito fuera de lo común: no dejar que la historia del país cambie. En el reinado de Isabel la Católica, un rabino inventó un método para viajar en el tiempo a través de ciertas puertas. Él le confió “el libro de las puertas”. Desde entonces, el gobierno de español puede viajar en el tiempo, pero solo hacia el pasado, porque es imposible viajar al futuro. De aquí el lema del Ministerio: el tiempo es el que es.
La historia comienza con la creación de una patrulla con nuevos agentes del Ministerio. Julián Martínez (paramédico del 2015), Amelia Folk (estudiante de la universidad del siglo XIX) y Alonso de Entre Ríos (un soldado del siglo XVI). Estos y otros personajes muy carismáticos se encargaran de proteger la historia de España y de enfrentarse a enemigos que intentan aprovecharse de los viajes en el tiempo. Además de ser muy entretenida y dinámica, es una buena forma de aprender un poco de historia. Aparecen personajes memorables como Cervantes, Colón, Lope de Vega, Dalí, Lorca y muchos más.
Son tres temporadas de once capítulos cada una. La pueden encontrar en Netflix.
Mi opinión: muy buena
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