Si pensabas ir al cine para ver un policial con golpes de efectos, te vas a llevar una sorpresa. La nueva película de Gonzalo Tobal es un thriller oscuro, con tintes de judicial y psicológico. La trama no se centra en un crimen, sino en lo que pasa en el mundo interior de la sospechosa, y eso es su primer gran acierto. El segundo es la elección de la protagonista, Lali Espósito. Es triste la cantidad de prejuicios que maneja aún nuestra sociedad. Ella es mayormente conocida por haber sido una "chica Cris Morena" y por su carrera musical, que apunta mayormente al público adolescente. Pero ella es mucho más que eso, ya que ha demostrado a lo largo de su carrera ser una artista llena de talento. Además de su veta musical, es una gran actriz, aunque siempre se había desenvuelto más que nada en la comedia. Con esta película vemos a una Lali llena de emociones contenidas, haciendo un retrato muy cuidado de una psiquis perturbada.
La película habla de la vida de Dolores (Espósito), la única imputada por el violento homicidio de la que había sido su mejor amiga. La película comienza dos años después del crimen, cuando está por comenzar el juicio. Aunque ella afirma ser inocente, es obvio que esconde algo. Esa sensación de asfixia que tiene Dolores se ve reflejada también en sus padres (Inés Estevez y Leo Sbaraglia), que sacrificaron todo para salvar a su hija de ser sentenciada culpable. Junto con Daniel Fanego (el abogado de la familia) componen un elenco magnífico. Me hizo acordar bastante a la miniserie The sinner, protagonizada por Jessica Biel, a la que injustamente no le dieron el emmy por su actuación esta semana. Salvando las diferencias, ambas propuestas plantean un estudio del mundo interior de las protagonistas. Ambas visiblemente trastornadas e imposibilitadas para hablar acerca de lo que ha pasado. Personalmente creo que tanto Jessica Biel como la serie son superiores al proyecto de Tobal, pero no deja de ser un buen análisis de los hechos.
El manejo de la cámara y la fotografía son excelentes, pero aún así a la película le falta un golpe de horno. Al personaje de Lali le hace falta explotar en algún momento para expulsar toda la tensión que tiene guardada, para volverla más humana. Y al climax le faltó un poco más de impacto para que la historia termine de cerrar. Sin embargo, es una película muy completa que mucha gente iría a ver si fuera protagonizada por otra actriz. Grave error.
Mi opinión: buena
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